MUSEO ARTE ROMANO MÉRIDA playerbcn1









El Museo Nacional de Arte Romano, creado en 1.975, vino a sustituir al Museo Romano de Mérida, que se estableció por Real Orden de 26 de Marzo de 1.838. El 19 de Septiembre de 1986 se inaguraba la nueva sede del Museo, obra del arquitecto D.Rafael Moneo Vallés.














El Museo es un exponente clave de la Romanización de Hispania, explicada a través de piezas singulares recuperadas en el yacimiento emeritense. Es un centro difusor de la cultura romana y en él se celebran coloquios, congresos, cursos, conferencias, exposiciones y demás actividades. Cuenta con una Biblioteca especializada con más de 10.000 volúmenes y 300 títulos de revistas. La Fundación de Estudios Romanos, creada para impulsar los estudios sobre la provincia romana de Lusitania en particular y la Hispania romana en general, radica en el Museo. Cuentan con la institución con el apoyo de la Asociación de Amigos del Museo, de la que forman parte más de 1.000 socios.








Los precedentes del Museo Nacional de Arte Romano se remontan al siglo XVI (Etapa nobiliar), momento en el cual comienzan a conformarse una serie de colecciones arqueológicas que, andando el tiempo, pasarán a engrosar sus fondos.
Para la organización de los fondos y la recuperación de aquéllos otros dispersos por la ciudad, se constituye en el siglo XIX la llamada Diputación o Junta Arqueológica, posteriormente Subcomisión de Monumentos que tendrá a su cargo, además, la tutela del conjunto monumental.











La iglesia de Sta.Clara fue la primera sede estable de la colección. Debido a la constante aparición de vestigios arqueológicos el edificio vino a quedarse pequeño. Ya en 1933 se planteó contar con una nueva sede. En 1986 se inaguraba el Museo actual .
Desde principios de siglo y hasta la fecha, distintas excavaciones arqueológicas han liberado un gran volumen de piezas, superando la colección del Museo las treinta y seis mil, todas ellas procedentes de Mérida y su comarca.
























Los programas constructivos que en Emerita se ejecutaron a raíz de su fundación precisaron del concurso de varias escuelas que plasmaron sus realizaciones en los conjuntos del  Foro Municipal  y del  Teatro fundamentalmente. El conjunto del frente escénico del singular edificio emeritense, fechable, al parecer, en época flavia o en un período inmediatamente posterior, es una buena muestra de la calidad de los escultores locales, aunque hay opiniones que se inclinan a pensar que algunas de las piezas -las tres estatuas de emperadores en traje militar- pudieron ser igualmente importadas.






La serie de esculturas del pórtico del foro municipal, hallado en la esquina que marcan las calles de Sagasta y San José, es también muy relevante. Floriani Squarciapino, estudiosa del mismo, ha considerado la relación que dicho conjunto ofrece con la decoración del forum Augusti de Roma, en un posible intento de emular a la metrópoli. Destacan la efigie de Agripa, de excelente calidad, y los togados firmados por el escultor Gaius Aulus, buena muestra de la pericia alcanzada por los escultores establecidos en la ciudad en el siglo I d. C. Al mismo edificio pertenecían, en una disposición muy semejante al ejemplo romano antes citado, los clípeos con cabezas de Júpiter Ammón y Medusa y las cariátides que hoy conserva el Museo Nacional de Arte Romano. Su cronología es julio-claudia.
Otro grupo importante y obra de un taller local, donde se constata el estilo de un escultor de raigambre griega, de nombre Demetrios, es el del santuario de las divinidades orientales. El profesor Bendala ha sistematizado recientemente la iconografía de la serie del Mitreo y ha explicado las particularidades más notables de la misma, realizada hacia el año 155 d. C., siendo pater patrum Gaius Accius Hedychrus. El carácter provincial de las esculturas es
 patente. 



























































Pero es en el retrato donde la maestría de los escultores de la escuela de Emerita es más perceptible. Los caracteres de la citada escuela muestran un acusado realismo, no exento de un intento de penetración en el alma del personaje retratado. La mayoría de los retratos corresponde a realizaciones de carácter  funerario, si atendemos al lugar de su aparición. Los ejemplos del personaje de edad avanzada, con los rasgos que definen el carácter del retrato romano tardorrepublicano, el del conocido popularmente como el Panadero, o el también masculino de época de Trajano son exponentes del estilo de la escuela, bien perceptible en otras realizaciones donde no faltan excelentes retratos femeninos.











































No menos importante es la serie de estelas con retratos de difuntos muy característicos de la escuela emeritense, y que cubren, en cuanto a su producción, el período comprendido entre el siglo I d. C. y los comienzos del siglo III d. C. En ellos, la fidelidad a los modelos clásicos, itálicos, es una constante, como también lo es el nivel técnico y estilístico de esos artistas.






































































































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