Los hombres vieron, desde el albor de los tiempos, un lugar estratégico en la plataforma rocosa que se eleva por encima de la ciudad de Foix. Desde la prehistoria, el hombre ocupó este lugar, como lo demuestran los restos de la cultura Magdaleniense. Tras ellos, llegaron los galos, antes de la época cristiana, durante la que se edificó una iglesia al pie de la roca de Foix. A lo largo de los siglos VII y VIII, se construyó un castro romano en el territorio de Fuxum (Foix) y, un siglo más tarde, se mantuvo esta alternancia entre construcción defensiva y religiosa con la edificación de una abadía benedictina en el altiplano. No fue hasta finales del siglo X cuando, por primera vez, se edificó un castillo, sobre el que los indicios apuntan que sus primeros edificios fortificados se construyeron no en la cima de la colina, sino en las laderas. A continuación, el resto del castillo se construyó en lo alto, ocupando una posición ideal para controlar el acceso al alto valle de Arie...
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